domingo, 20 de mayo de 2012

Algún día... en el ayer.



        Tenías ese cosa que le da sabor a las cosas, trajiste a mi vida los rayos mas fuertes y ciertos (hasta esos dias) de lo que es el amor, me aprendí tu nombre, tu cumpleaños, el color de tu piel y el acento tanguero, me enamore con esa clase de amor que se cree, es para una sola vez.

        Me vestí de novia frente a la luna y le pedí al sol no salir, hasta que llegara aquel enero, me negué a creer y decidí sentir...

        Pero nada, ni tú fuiste más fuerte que mi amor propio.

        Busque refugio en brazos erróneos, pero después de todo así se aprende, no?
        Camine más de 100 lunas hasta que un Ángel me encontró de madrugada... sabes? él ha sido el amor menos imaginado, el amor jamás buscado, el no pedido, desde que me encontró se aferro a mis noches de letras y sonidos sin re tumbar.

        ¿¿Curiosidad, novedad?? No lo sé, no sé que buscaba en mi o que esperaba de mi, pero cuando se dio el encuentro, descubrí entre sus pupilas la frase “para siempre“, esa que utilizabas sin medida y sin conciencia, pero esta vez, tenía esa honestidad que tu frase no tenia, esta vez no venia disfrazada con imposibles, en esta ocasión venia con caminatas y besos bajo la lluvia.

        Ahora “regresas“o pretendiste regresar como aquellas veces, utilizaste el mismo argumento encantador de un amor que vive a pesar del olvido mismo, pero esta vez fue diferente, las palabras eran solo eso, un montón de frases que podían ser el verso de alguna vieja canción... todo aquello que agregaste sobre ti y sobre mí, no pudo ni revivir el recuerdo, en mi sólo detono la compasión y la tristeza de saber que no todo va bien contigo; una plegaria y una amiga a la luz del día es lo que existe para mí en ti, eso dije y lo confirmo aquí en este espacio que de vez en vez tienes la gentileza de visitar.

        Ahora sé muy bien que existe un mañana, y lo sé bien porque desde que te deje ir, he visto tantas mañanas como vasos de leche en una mesa “normal” a la hora del desayuno.

        ¿Sabes algo? Y esta es la más grande verdad que  he escrito, el tiempo de las noches de tango se termino, ya no me da por escucharlo, ya no tengo ganas ni de pensarlo y de tal vez aquí es donde preguntes por mis sueños, y te diré que de esos me hago cargo cada vez que mi alma gemela me mira a los ojos, cada vez que escucho su voz, y sobre todo los vivo cada vez que me aprieta entre sus fuertes brazos después de algunos días de no vernos.

El borrador de este escrito fue hecho hace más de cinco meses, a veces necesito pensar por unos segundos en el pasado porque de repente se quiere colar por la ventana, se disfraza como rayo de luna y pretende tomar un lugar que ya no existe, y miro lo que fue y paso sin ver.

Hace mucho que no pienso en el ayer, no tengo necesidad, no tengo tiempo, pero hoy quise sentarme a terminar un post, me fue sencillo, él quiere leerme y juro por mis letras que quiero que me lea y sepa lo mucho que lo amo y lo mucho que agradezco a la vida y al tiempo que me hayan permitido encontrarlo en mi camino.

Gracias por continuar en este su espacio, les dejo besos y nos leemos la próxima!

miércoles, 9 de mayo de 2012

Cambio de habitos




Desde muy pequeña me he hecho de mañas, hábitos, costumbres, manías o como quieran llamarles como  que las cosas de mi habitación tengan cierto orden, tener muchos cajones o compartimentos, para guardar mis secretos y tesoros, bolsas de mano que tengan  divisiones y bolsas pequeñas, beber café caliente por la mañana y tener a mi lado un vaso de agua simple fresca, comer siempre con limón, y al final colocar una gota en mi dedo índice y chuparla, no tolero la sopa fría y solo tomo el agua de fresa fría, me gusta el olor a la ropa limpia y amo la frescura de las sabanas recién cambiadas.

Y así podría mencionar un sinfín de “cosas raras” que son tan necesarias en mi vida, sin embargo esta semana rompí con una de ellas, tenía la vieja costumbre de cortar mi cabello en invierno, jamás me pregunte porque, y la respuesta llego justo el día en que cambie mi viejo habito, mientras sentía como las tijeras hacían lo propio me puse a pensar y descubrí que me sucede lo mismo que cuando alguien parte de mi vida, siempre me da por limpiar la casa, deshacerme de los recuerdos de aquel o aquella que partió; las perdidas siempre han llegado con el cambio de estación, siempre en invierno, supongo que el cambiar ligeramente de imagen implicaba renovarme, quitarme eso que me impide estar cómoda por decirlo de alguna forma, aunque esta vez, nadie partió, nada se modifico, sólo era yo rompiendo mis propias costumbres, cortando mi cabello largo para dejarlo corto, quitarme una manía y encontrar un mejor sentido, después de todo a las ovejas se les quita la lana en verano por una razón.

De vez en cuando hago eso, tengo un loco impulso, y el lunes fue el día, cambie mi imagen de forma drástica, no sé si para el resto del mundo me veo linda, sólo sé que en mi paseo por el centro de la capital fue un éxito, sólo sé que me siento cómoda y un poco liberada, sólo sé que tengo menos calor y lo mejor de  todo  es que sólo es cabello y  que  ya volverá a crecer.

Nos leemos la próxima!