lunes, 23 de febrero de 2015

Tú me das amor...


Ayer estuve leyendo mis diarios del 98, del 2002 y fue un shock, nunca creí en ese entonces el efecto que tendrían en mí, y no es que hayan sido malos, para nada, todo lo contrario, fueron demasiado geniales, la forma tan consiente de escribir, mi percepción de la vida, de las vidas, de mi vida contada primero por una niña de 11 años después por una joven de 15 y por ultimo una mujer de 22, la forma tan particular de ver la vida en  cada etapa es maravillosa, pero que puedo decir si soy yo la que escribe y no es egolatría, pero, si alguno de ustedes han vivió algo similar, sabe de que hablo, es como enamorarse de sí mismo, del talento, de la capacidad de narrar historias, propias y ajenas es contar la vida en alegría, frustraciones, enojo, llanto, es gritarse así mismo las verdades; es encarar al pasado y a los anhelos hacia un futuro,  con un futuro presente que puede o no encajar con los sueños pasados, es enfrentarse desde todos ángulos, es la vida entre letras y papel.

El sábado comenzó este viaje sin retorno, la búsqueda de un futuro mejor me llevo a hurgar en el pasado y a enfrentar mis éxitos, mis fracasos y la vida que deje inconclusa entre butacas y traje sastre, alguna vez dije “seguramente los volveré a ocupar” refiriéndome a copias, libros, análisis de este hermoso cerebro mío, trabajos, exámenes y hoy sé que no, y no me pone triste, me libera, he aprendido que la  vida se vive por convicción no por imitación y mucho menos por ambición, hay que tener un poco de todo, pero no vivir en torno a ello, algunos que me leen seguramente pensaran ¿por qué renuncia? Y no es que renuncie, simplemente esa no es la vida que yo quería y no es la vida que quiero.

Me gusta ser una hermosa ama de casa, tengo el sueño de escribir un libro o de que este blog o mejor dicho este y el que viene sea exitosos y alguien allá afuera se interese en lo que tengo que decir, siempre tengo algo que decir y quiero ser escuchada por tantos que no me queden horas libres para dejar de escribir. Mi naturaleza es con un teclado o con una hoja y pluma en mano, escribiendo todo lo que navega en mi mente, así es como soy feliz, así es como me siento plena.

En efecto lo recordé mientras leía mis diarios, que desde que pude escribir jamás he dejado de hacerlo, desde que descubrí que tener una opinión y un pensamiento propio no es pecado no he dejado de analizar, de imaginar y de soñar.

El leerme me dio ese toque que necesitaba para regresar con todo y un teclado molesto o una silla incómoda para esta espalda que esta por subir el tercer escalón de este fabuloso tercer piso, con todo eso y más ya no quise dejar pasar un minuto más sin escribir, sin contarles que este será el  ultimo post en este blog, la razón, sencilla, desde hace mucho tiempo entendí que lo único que me falta archivar en la vida es este blog, este espacio que nació para que alguien en ya no tiene sentido, el jamás escucho y en el camino algunos se atravesaron, hasta que el correcto llego y me leyó y se enamoró y me enamore y ahora seguimos juntos, después de tanto tiempo, si es ahí donde pertenezco y creo que como en la vida, terminas un libro y comienzas otro que puede ser de amor, de cómo mantenerlo de cómo cuidarlo de cómo pese a nosotros seguir amando, no lo sé, lo que sí sé es que habrá de todo y para todos.

Espero de todo corazón que me sigan acompañando, que junto conmigo hagan una mudanza a mis escritos y partamos hacia un nuevo espacio, aquí les dejare el enlace nuevo una vez que este activo, espero que si una vez decidieron imaginar conmigo ahora vivamos y sigamos amando con tal intensidad que el sol envidie la luz que irradiamos.

Gracias por haberme leído todos estos años, por haber sido pacientes y esperar a que yo regresara. No soy la misma, soy una mejor versión de mí y quiero compartirla con todos ustedes. Nunca olviden enamorarse todas veces que su corazón se los permita, pero ojo!, también es bueno  saber cuándo decir ADIOS.