domingo, 20 de noviembre de 2011

Así es como sucedió



Tenias esa cosa que le da sabor a las cosas, trajiste a mi vida los rayos más fuertes y ciertos (hasta esos días) de lo que es el amor, me aprendí tu nombre, la fecha de tu cumpleaños,  el color de tu piel y el acento tanguero, me enamore con esa clase de amor que se cree es  para solo una vez.
Me vestí de novia frente a la luna y le pedí al sol no salir, hasta que llegara aquel  enero, que jamás llego; me negué a creer y decidí sentir...
Pero nada, incluyéndote a ti fueron más fuertes que mi amor propio.
Busque refugio en brazos  erróneos, aunque  creo que después de todo así es como se aprende, o no?
Camine más de 100 lunas hasta que un ángel  me encontró de madrugada... sabes? Él ha sido el amor menos imaginado, ese tipo de amor que jamás buscamos, el no pedido, pero siendo honesta debo decir que desde que me encontró y se aferro a mis noches de letras y sonidos sin retumbar.


¿Curiosidad o novedad? No lo sé, no sé que buscaba en mi o que esperaba de mí, lo único que sé es que cuando se dio el encuentro, descubrí entre sus pupilas la frase “para  siempre”, sí, esa frase  que utilizabas sin medida y sin conciencia plena de sus alcances en un corazón enamorado, aunque en esta ocasión  la frase  no venia disfrazada con imposibles, en esta ocasión venia con caminatas, con besos bajo la lluvia, con muchas horas y muchos días de la mano de alguien que  se decidió a enamorarse.


Ahora después de algún tiempo regresas o pretendes regresar como aquellas veces, y como entonces erróneamente (por lo menos para mí), utilizaste el mismo argumento encantador de un amor que vive a pesar del olvido mismo, sin embargo, esta vez fue diferente, las palabras eran sólo eso, un montón de frases que podían ser el verso perfecto de alguna vieja canción. Todo lo que agregaste sobre ti y sobre mí, no pudo ni revivir el recuerdo..., dentro de mi sólo detono compasión y tristeza y no por el ayer que ya no existe, sino por saber que tu vida no va bien, tan es así que buscaste aquella luz que te regalaba sin medida, pero ya no fue así, ahora  mi corazón sólo lanzo una plegaria por ti y los tuyos (como antes), y te reafirme la amistad que alguna vez te ofrecí.


Sabes algo, sé muy bien que existe un mañana, y lo sé muy bien porque desde que te deje ir, he visto tantas mañanas como vasos de leche en una mesa a la hora del desayuno.

Ahora que lo pienso, esta es la más grande verdad esta que te he escrito, “el tiempo de las noches de tango se termino, ya no me da por escucharlo, ya no significa lo que alguna vez significo” ; estoy segura que tal vez aquí te preguntes por mis sueños, y te diré que de esos me hago cargo cada vez que mi ángel me mira a los ojos, cada vez que  escucho su voz, y sobre todo los vivo cada vez que me aprieta entre sus fuertes brazos y me hace olvidar que existen personas a nuestro alrededor.
 

 

Así es como ha cambiado mi vida, así es como he decido vivirla, así es como él me ha enamorado y así es como he decidido amar; la personas pueden ponerle el título que quieran, lo único realmente cierto es que, aprendí y avance, que ame y pude volver a enamorarme, que deje de respirar y renací de entre la luna, si, así es como sucedió una vez hace casi cinco meses...

jueves, 10 de noviembre de 2011

Ahora quiero

Pero qué tal si por algún tiempo hemos caminado en círculos, que pasaría si hemos vivido sin encontrar una línea que nos lleve a un camino…
La vida se compone de decisiones, de lecciones y de tantas situaciones que nos definen lo que somos y son la base de la persona en la que nos convertiremos.
Últimamente  (las últimas horas de esta semana) he cuestionado mi futuro o mejor dicho estoy pensando sobre lo que quiero, sobre lo que necesito para vivir el día de mañana, ya saben, lo que quiero ver al despertar, lo que quiero escuchar por la mañana, el nombre de la ruta de autobús o de estación de metro que debo abordar para llegar al lugar que me dará para vivir, que me vestirá y me alimentara, si me refiero a un trabajo, a uno en forma y para mucho tiempo.
Podría comenzar a hacer una lista de  mis necesidades o de mis objetivos, o podría sentarme a platicar conmigo misma (hace rato que no lo hago)  y preguntarme si vale la pena seguir “perdiendo” mi tiempo en algo que no me hará a la larga tan feliz.
Soy una mujer que está a punto de cumplir 30 años, aún no concluyo la universidad, no tengo hijos, no me casado, vivo con mi madre y mis hermanas, soy la orgullosa tía del niño más bello del mundo; a veces (muchas) vivo la vida de los demás en un intento por apoyar, se me toma como responsable de una responsabilidad que no me pertenece; vivo de algunos trabajos, pero nada seguro, es por temporadas y la razón de no tener algo fijo es esa responsabilidad adquirida.
Por algún tiempo me basto vivir así, pero esto ya no me es suficiente, ahora las cosas han cambiado, tengo una relación sentimental muy estable (o por lo menos tanto como mis histerias, manías, inseguridades y demás malos hábitos me lo permiten) y ello me hace pensar que se puede tener más y quiero más, quiero un espacio propio, quiero mi vida completa, quiero ser dueña absoluta de mi tiempo; dueña de mis decisiones, de mis fracasos y de mis victorias, quiero aprender a vivir conmigo en su totalidad y con todas sus consecuencias.
Quiero despertarme y ver la nevera medio vacía y saber que tengo que hacer el mercado, quiero que mi espacio huela a café todo el tiempo, quiero un limonero a la entrada, mariposas junto a la ventana y un sofá naranja; quiero una lámpara cerca de mi cama, un cajón para mis escritos, quiero pasearme desnuda por la sala, a veces necesito un poco de soledad.
Quiero despertarme por la madrugada y no quiero escuchar nada más que mis propios pasos…
Quiero abrirle la puerta al amor a las doce de la noche y saber que nadie me juzgara mi me prohibirá hacerlo, quiero invitarlo a desayunar, a comer y a desayunar de nuevo; quiero gritar hasta quedarme ronca y beber un ron mientras escribo un post.
Quiero levantarme y asistir a un trabajo que me guste, dedicarme a algo que realmente ame, o quedarme escribiendo el siguiente capítulo de un libro por publicar; quiero alejarme del mundo para crear historias, para inventar mundos, para mover sentimientos, para vivir y renacer entre líneas, para hacer de los momentos comunes fantasías interminables; quiero hacer que quienes me lean vuelen y se metan entre mis ideas, que las disfruten, que las vivan, quiero que adoren el inicio y que aborrezcan el final.
Deseo tener más de 100 plumas, la mayoría a medio terminar, quiero una sala repleta de hojas arrugadas llenas de rayones, quiero un escritorio lleno de libros y que tenga 3 tazas de café sin levantar.
Quiero una tarde de desespero por no tener nada que escribir, la llamada en espera de mi editor apresurándome para terminar mi libro, deseo tener una idea sin concluir y un libro por imaginar.
Quiero escribir tanto como mis ideas quieran (aunque siempre quieren), deseo que esta idea no se quede aquí, esta vez no la traje para olvidarla,  la traje aquí porque este espacio soy yo y esto es algo que quiero hacer, sin importar cuánto tarde en llegar, lo único que podría detenerme es descubrir que no tengo el talento suficiente, y en ese caso, cambiaria mis pensamientos por un sello en una oficina de alguna dependencia del gobierno.
No quiero que sea una meta, quiero que sea mi camino por recorrer, no quiero ver pasar los días añorando lo que pude haber sido y decidí no ser.
Queridos lectores, una vez más estoy aquí siendo yo y esperando dar el paso a una nueva vida, deseando ser tan buena como para que alguien allá afuera se interese por lo que tengo que escribir.
Les dejo mis más afectuosos saludos y nos leemos la próxima.