jueves, 10 de noviembre de 2011

Ahora quiero

Pero qué tal si por algún tiempo hemos caminado en círculos, que pasaría si hemos vivido sin encontrar una línea que nos lleve a un camino…
La vida se compone de decisiones, de lecciones y de tantas situaciones que nos definen lo que somos y son la base de la persona en la que nos convertiremos.
Últimamente  (las últimas horas de esta semana) he cuestionado mi futuro o mejor dicho estoy pensando sobre lo que quiero, sobre lo que necesito para vivir el día de mañana, ya saben, lo que quiero ver al despertar, lo que quiero escuchar por la mañana, el nombre de la ruta de autobús o de estación de metro que debo abordar para llegar al lugar que me dará para vivir, que me vestirá y me alimentara, si me refiero a un trabajo, a uno en forma y para mucho tiempo.
Podría comenzar a hacer una lista de  mis necesidades o de mis objetivos, o podría sentarme a platicar conmigo misma (hace rato que no lo hago)  y preguntarme si vale la pena seguir “perdiendo” mi tiempo en algo que no me hará a la larga tan feliz.
Soy una mujer que está a punto de cumplir 30 años, aún no concluyo la universidad, no tengo hijos, no me casado, vivo con mi madre y mis hermanas, soy la orgullosa tía del niño más bello del mundo; a veces (muchas) vivo la vida de los demás en un intento por apoyar, se me toma como responsable de una responsabilidad que no me pertenece; vivo de algunos trabajos, pero nada seguro, es por temporadas y la razón de no tener algo fijo es esa responsabilidad adquirida.
Por algún tiempo me basto vivir así, pero esto ya no me es suficiente, ahora las cosas han cambiado, tengo una relación sentimental muy estable (o por lo menos tanto como mis histerias, manías, inseguridades y demás malos hábitos me lo permiten) y ello me hace pensar que se puede tener más y quiero más, quiero un espacio propio, quiero mi vida completa, quiero ser dueña absoluta de mi tiempo; dueña de mis decisiones, de mis fracasos y de mis victorias, quiero aprender a vivir conmigo en su totalidad y con todas sus consecuencias.
Quiero despertarme y ver la nevera medio vacía y saber que tengo que hacer el mercado, quiero que mi espacio huela a café todo el tiempo, quiero un limonero a la entrada, mariposas junto a la ventana y un sofá naranja; quiero una lámpara cerca de mi cama, un cajón para mis escritos, quiero pasearme desnuda por la sala, a veces necesito un poco de soledad.
Quiero despertarme por la madrugada y no quiero escuchar nada más que mis propios pasos…
Quiero abrirle la puerta al amor a las doce de la noche y saber que nadie me juzgara mi me prohibirá hacerlo, quiero invitarlo a desayunar, a comer y a desayunar de nuevo; quiero gritar hasta quedarme ronca y beber un ron mientras escribo un post.
Quiero levantarme y asistir a un trabajo que me guste, dedicarme a algo que realmente ame, o quedarme escribiendo el siguiente capítulo de un libro por publicar; quiero alejarme del mundo para crear historias, para inventar mundos, para mover sentimientos, para vivir y renacer entre líneas, para hacer de los momentos comunes fantasías interminables; quiero hacer que quienes me lean vuelen y se metan entre mis ideas, que las disfruten, que las vivan, quiero que adoren el inicio y que aborrezcan el final.
Deseo tener más de 100 plumas, la mayoría a medio terminar, quiero una sala repleta de hojas arrugadas llenas de rayones, quiero un escritorio lleno de libros y que tenga 3 tazas de café sin levantar.
Quiero una tarde de desespero por no tener nada que escribir, la llamada en espera de mi editor apresurándome para terminar mi libro, deseo tener una idea sin concluir y un libro por imaginar.
Quiero escribir tanto como mis ideas quieran (aunque siempre quieren), deseo que esta idea no se quede aquí, esta vez no la traje para olvidarla,  la traje aquí porque este espacio soy yo y esto es algo que quiero hacer, sin importar cuánto tarde en llegar, lo único que podría detenerme es descubrir que no tengo el talento suficiente, y en ese caso, cambiaria mis pensamientos por un sello en una oficina de alguna dependencia del gobierno.
No quiero que sea una meta, quiero que sea mi camino por recorrer, no quiero ver pasar los días añorando lo que pude haber sido y decidí no ser.
Queridos lectores, una vez más estoy aquí siendo yo y esperando dar el paso a una nueva vida, deseando ser tan buena como para que alguien allá afuera se interese por lo que tengo que escribir.
Les dejo mis más afectuosos saludos y nos leemos la próxima.

2 comentarios:

  1. Pues lo primero es hacer saber a quienes les apoyamos que ha llegado el momento que nos quiten esa responsabilidad si de verdad nos quieren ver crecer y hacer nuestra propia vida sin estar pensando me gustaria hacer esto pero no puedo por que tengo q cuidar a... o ayudar en... y tambien sacar el coraje para arriesgar y poder decir me acuerdo... a me imagino.
    Suerte nena y besoss

    ResponderEliminar
  2. Pues todo esto expresa los sueños de alguien que simplemente quiere vivir la vida de una manera intensa... Yo creo que tú lo haces Vanessa y en cierta forma cada cosa se te va ir dando de forma gradual, es nada más que te lo propongas.

    Tienes vida, tienes salud y sobre todo alguien especial con quien compartir todo eso y eso es lo más importante, así que sólo hace falta que te enfoques y cada una de estas cosas se irá dando, ya lo verás.

    Me gustó mucho tu escrito porque me recordó mis propios sueños empolvados.

    ResponderEliminar