lunes, 25 de diciembre de 2017

He soñado contigo.

Escucho tus pasos en la lejanía, vienes con el amanecer, no sé si eres tú quien acompaña al sol o eres tú quien me brinda la calidez de la mañana.

El brillo enceguecedor aun no me permite distinguir tu figura, tan cerca… tan lejos, tan mío, tan nuestro…

Le exigí al tiempo un momento entre los rayos del sol para despertar junto a ti, le pedí un huequito entre tantos minutos que tiene su puesta, le entregué mi vida a cambio de ese instante y entre sueños pude ver tu mirada de luna, con ese brillo azul celeste que me cala hasta los huesos, pude verte, pude sentirte, ¿me escuchaste?
Susurre un te amo a tu oído con la esperanza de que tu cuerpo se estremeciera al escuchar mi voz, pero todo sucedió tan rápido que en el segundo parpadeo mi alarma sonó y no hubo más remedio que encender la luz, y como siempre la falta de ti me regreso a la realidad a este presente egoísta y cruel, que a pesar de mi amor y de mi necesidad de ti, te mantiene lejos.

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