sábado, 23 de julio de 2011

Love is...

En definitiva, cuando los planetas se conjuntan para que las cosas no sucedan, es mejor dejar que pase el día y resulta más conveniente esperar a que llegue el momento de hacer, lo que se queda pendiente de hacer...
La siguiente historia no me consta que sea real, pero puede haber sucedido en algún lugar, en algún día  de esos que normalmente han transcurrido...
Ella le platico su mas grande secreto, le hablo de su magia, le dijo lo que puede ver y lo que puede saber con solo una imagen, hablo sobre esa especie de don que posee y que a veces le causa miedo, él la escucho atenta, a su modo entendió y comprendió la información que le era presentada…, si así es como funciona una relación, compartiendo hasta los mas grandes secretos, total, dicen por ahí que “si puedes compartir una cama... también puedes compartir secretos”.
Él le hablo sobre cosas que aun no se explica y que esta por demás decir que le son extrañas; ambos se refugiaron en los brazos del otro, y los dos entendieron que lo que tienen frente a ellos, es lo que habían estado esperando por  mucho tiempo.
Un día lleno de confesiones, de intimidades y secretos, sólo podía concluir en el acto mas intimo y perfecto del ser humano... haciendo el amor; desde que el sol clareo, habían sentido el deseo latente de entregarse, de sentirse como ninguna otra pareja se ha entregado antes, sin embargo, la vida les tenia deparada una historia diferente...
Entre el pasar de las horas y el caminar de la gente, la idea estaba puesta bajo la ropa... ese día se entregarían en un ritual marcado por sus impulsos, por su piel, por sus ganas y expresando el mas profundo amor y deseo que sienten el uno por el otro.
El tiempo siguió caminando, la gente que los rodeaba probablemente no notaron su prisa por salir de aquel lugar, tal vez no lo entendieron, pero el deseo se había sentado a la mesa entre ellos dos, mientras comían, él se encargaba de unir sus manos por debajo de la mesa y hacer latir sus corazones.
Pasaron las horas y entre besos y mas platica, sólo esperaban llegar a tierra firme para entregarse a su amor; la gente, la calle, el movimiento y la ropa estorbaron por mas de una hora, él lo sugería, el movimiento provocaba e incitaba y ella coqueteaba jugando con el escote de su blusa, hubiera deseado arrancar los botones para que él no tuviera reparo en hundir sus labios entre sus voluptuosos senos.
Nadie lo imagino, una pareja como cualquier otra esperando llegar a su destino, mientras las manos de ambos buscaban la forma de disfrazar la intensión de desnudarse entre un abrazo y un beso; los nervios, las ansias se apoderaban a cada segundo de mas que un par de cuerpos, de un par de almas, disfrazaron sus intensiones entre una la platica de algunas llamadas perdidas, intentaron  disimular  la realidad de lo que se provocaba bajo el pantalón de aquel hombre de manos tan fuertes.
Caminando sobre el pavimento aún mojado de la lluvia del día anterior, ella paso frente a un lugar que le trajo recuerdos de algo que alguna vez paso de largo por su vida, lo noto, mas no le tomo importancia; él pensaba que  "... hiciera lo que hiciera, ese día nada ocurriría...", ambos siguieron caminando tomados de la mano, esperando que aquel trayecto se hiciera corto, esperaban estar solos, deseaban refugiarse entre su propia piel, al calor de un amor que palpitaba en cada beso y que se colaba entre cada respiración.
Al llegar al lugar pactado, fue el destino quien hizo de las suyas y no les permitió amarse de la forma en que hubieran querido, un beso tan intenso a las afueras de una puerta que se negaba a abrir, unas escaleras de testigo, la luz de la tarde que comenzaba a caer, les hizo reír tanto, que aquel momento quedará en la memoria de ambos como el mas divertido y excitante recuerdo que les ha dejado una valiosa lección.
Una paleta de hielo y un helado después, ella se encontraba de nuevo frente a ese lugar sobre el cual algún día en el pasado edifico un castillo de aire, y con sorpresa y alegría recordó que aquel diciembre no miro hacia afuera, estuvo mas de dos horas jamás miro hacia afuera, y es que tal vez se hubiera dado cuenta como lo hizo este día, que la felicidad no se encontraba tomando un café, no, la felicidad estaba afuera, pasando la calle, sonriendo por una divertida jugada de la vida, atacada de risa comiendo helado, junto al mas hermoso, tierno y bello hombre que sus ojos han visto.
Esta historia que sin duda es divertida y que tal vez a alguno de nosotros nos ha sucedido, me deja como lección el hecho de que al salir, no debemos olvidarnos que todo un mundo nos esta rodeando, y que tal vez no es la felicidad la que camina al lado nuestro la que se nos tiene depara.
Muchas gracias por seguir leyendo este espacio, bendiciones, que tengan un excelente fin de semana.

1 comentario:

  1. Las cosas simplemente suceden, cuando tienen que pasar, por algo sucedió así.

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