miércoles, 4 de enero de 2012

Erase una vez una amor para siempre con un final de ayer



Qué tanto no le llenaran el alma...

Sí, eso me pregunte desde su primer mensaje, ¿porque tiene la necesidad de buscarme, teniendo tantas personas que lo aman?, ¿qué puedo darle yo que sea irremplazable?, ¿qué puedo tener yo, que las demás no tienen?,  ¿hasta cuándo volverá a mí?, y la más importante ¿algún día yo tendré la curiosidad de asomarme de nuevo en ese cuento?

He pensado muchas cosas, la mayoría preguntas que no tendrán respuestas, y es que honestamente no tengo el valor de preguntar y no crean que es por miedo a la respuesta, no, nada de eso, es más bien miedo a las mentiras, ha mentido tanto y de tantas formas, que me resulta a estas alturas muy difícil creerle...

Seguramente han conocido a alguien así, un hombre con una bella familia, y con un enorme vacío en el alma y tal vez en el cuerpo; un hombre al que no le satisface hacer feliz a una sola mujer y que busca la compañía de mas, para sentirse mejor... tal vez, porque ya no ama a su esposa... puede ser, o simplemente porque se enamoro de alguien más... sí, son muchas vertientes cualquiera de ellas puede ser, cualquiera podría encajar, verdad o mentira no lo sé con exactitud y sin embargo le quiero...

Le quiero pero no le amo, le deje de amar después de muchas tazas de café, después de muchas lagrimas, de gritos, de mañanas sin querer levantarme de la cama, de suplicas a Dios porque volviera, le deje de amar al ritmo de un tango a la luz de la luna, después de muchos soles y de mil lunas, fueron muchos años, y después de todos ellos le deje de amar, y no por otro amor, fue simplemente por mi amor, el que se debe tener como mujer, por dignidad, por cansancio, porque había derramado toda la dosis de lagrimas que tenia para los próximos diez años; le deje de amar porque me aburrieron sus regresos, porque sus frases hechas ya no me producían nada, porque deje de esperar, le deje de amar porque se me termino el amor por él y renació el amor por mí.

No lo odio ni desprecio, como hacerlo si lo quiero, le tengo afecto y un poco de compasión, me da pena saber que sabe muy poco de amor, que nada de lo que conoce es real, ni siquiera su andar, vive vidas ajenas, vive de momentos a escondidas, con amores prestados, no tiene un puerto seguro a donde llegar, decidí apagar el faro, ya no puede verme,  ya no puedo amarlo.

Puedo llegar e instalarse frente a mi ventana, cantarme, gritarme que me ama, puede comprarme la luna y dejar al mundo sin romance y aún así no lo amaría.

Puede quedarse ahí, mirando, leyendo, sintiendo, pensando, pero sin mí, sin mi voz, sin mi imagen, pero sobre todo sin mi piel y sin mi alma, ya no me toca el corazón, ya no me dobla las piernas, ya no suspiro exhalando su nombre, ya no me cobijo con su acento, ya no respiro su apellido... ya no.

Después de muchas entradas, algunas de ellas pensadas otras intentando que se enterara que aún seguía aquí escribiendo para él, después de muchas melodías de locos arrebatos, simplemente se termino, la historia llego a su fin, por lo menos para mí, yo no sé si él se quedara a observarme, no sé que decidirá, y sólo deseo que tome la mejor decisión, para él, para sus sentimientos, y para los pasos que le quedan por andar, porque después de todo le quiero y quiero que sea feliz, tanto o más que yo.

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