miércoles, 23 de mayo de 2018

No pienses


No pienses ni por un segundo que no pienso en ti cada que el reloj marca una hora nueva, que no daría mi vida por cuidarte, por ser yo la que te recuerde la hora de tus medicinas o la que te fastidie con que debes abrigarte al salir, por ser yo la que te prepare el desayuno, por tener la oportunidad de estar en ese mágico momento cuando llegas de trabajar y entras por esa puerta por la que entras todos los días, por recibirte con una sonrisa, con un abrazo, con un beso, no dudes que desde que volviste a mí no daría la vida que tengo por sentarme frente a ti a la hora de la cena, por prepararte la pijama y ni se diga por dormir a tu lado.

Yo no he cambiado mi forma de sentir, puedo enojarme, puedo intentar alejarme, sin embargo, ni los años, ni la distancia han podido con esto que siento, con esto tan real que siento en mi corazón y en mi mente.

Para mi es difícil, porque la felicidad que conocía, ya no existe, desde que tu volviste mi vida ya no es la misma, la única persona que me da calma, que me da paz eres tú, no sé, aun no logro entender que es esto que me une a ti, justo a ti y que ha perdurado con los años, porqué no puedo dejarte ir, porqué no puedo olvidarme de ti; sé que no eres un capricho, no eres algo que necesito… te quiero, sí, te quiero, así sin hacer preguntas, te quiero sin esperar respuestas, te quiero así como eres y aunque le pertenezcas a alguien más.

Qué tanto te amare, que no me importa si hay alguien más en tu vida, que tanto será podría conformarme con el tiempo que quieras darme, siempre y cuando solo sea ese tiempo para mí, no hablo de compartirte, pero tampoco pretendo ser egoísta con lo que amas, con tus afectos, con tu vida, no puedo ser egoísta, te quiero mío, con todo y lo que eso implique.

Ojalá me leas y puedas sentir en la lejanía todo mi cariño, toda mi necesidad de ti, de tu voz, de tus letras, de tus buenos días. Hoy que lo primero que vieron mis ojos al despertar fue tu mensaje, he sido tan feliz, que aún creo estar soñando, han pasado muchas horas y aun tengo esa sonrisa de estúpida adolescente  al saber que estás ahí y que no te olvidas de mí.

Tengo tanto miedo que un día ya no estés, que decidas como hace años que debes alejarte, pero procuro no pensar, sería sufrir por adelantado y prefiero desear leerte todo el tiempo y agradecer porque sigues aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario