No
pienses ni por un segundo que no pienso en ti cada que el reloj marca una hora
nueva, que no daría mi vida por cuidarte, por ser yo la que te recuerde la hora
de tus medicinas o la que te fastidie con que debes abrigarte al salir, por ser
yo la que te prepare el desayuno, por tener la oportunidad de estar en ese
mágico momento cuando llegas de trabajar y entras por esa puerta por la que
entras todos los días, por recibirte con una sonrisa, con un abrazo, con un
beso, no dudes que desde que volviste a mí no daría la vida que tengo por
sentarme frente a ti a la hora de la cena, por prepararte la pijama y ni se
diga por dormir a tu lado.
Yo no he
cambiado mi forma de sentir, puedo enojarme, puedo intentar alejarme, sin
embargo, ni los años, ni la distancia han podido con esto que siento, con esto
tan real que siento en mi corazón y en mi mente.
Para mi
es difícil, porque la felicidad que conocía, ya no existe, desde que tu
volviste mi vida ya no es la misma, la única persona que me da calma, que me da
paz eres tú, no sé, aun no logro entender que es esto que me une a ti,
justo a ti y que ha perdurado con los años, porqué no puedo dejarte ir,
porqué no puedo olvidarme de ti; sé que no eres un capricho, no eres algo que
necesito… te quiero, sí, te quiero, así sin hacer preguntas, te quiero sin esperar
respuestas, te quiero así como eres y aunque le pertenezcas a alguien más.
Qué tanto
te amare, que no me importa si hay alguien más en tu vida, que tanto será podría
conformarme con el tiempo que quieras darme, siempre y cuando solo sea ese
tiempo para mí, no hablo de compartirte, pero tampoco pretendo ser egoísta con
lo que amas, con tus afectos, con tu vida, no puedo ser egoísta, te quiero mío,
con todo y lo que eso implique.
Ojalá me
leas y puedas sentir en la lejanía todo mi cariño, toda mi necesidad de ti, de
tu voz, de tus letras, de tus buenos días. Hoy que lo primero que vieron mis
ojos al despertar fue tu mensaje, he sido tan feliz, que aún creo estar soñando,
han pasado muchas horas y aun tengo esa sonrisa de estúpida adolescente al saber que estás ahí y que no te olvidas de
mí.
Tengo
tanto miedo que un día ya no estés, que decidas como hace años que debes
alejarte, pero procuro no pensar, sería sufrir por adelantado y prefiero desear
leerte todo el tiempo y agradecer porque sigues aquí.
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