miércoles, 20 de junio de 2018

He renunciado a ti


Hoy toque el piso, mis pies descalzos dejaron de caminar sobre castillos…

Hoy me di cuenta de todo lo que estoy negando en mi cabeza al permitir que mi corazón te busque, al dejar que él sea el que guié mi vida.

Me he mentido, he fantaseado cuando la verdad siempre ha estado frente a mí, vuelves por ella… con ella, la de siempre, la que elegiste como compañera de vida, la que siempre ha perdonado, la que siempre ha estado, la que porta orgullosa el anillo, la que hace que tu no te lo quites.

Seguramente pesa más ¿el amor?, ¿la compañía?, ¿el temor a la soledad?, lo que sea, cualquier cosa pesa más que lo cotidiano, cualquier cosa pesa más que lo que ya no te hace feliz, o por lo menos que no te complementa del todo (si es que eso fuera, que no sé… estoy imaginando, estoy suponiendo).

Hoy es un día en el que he decidido no guardar más esperanzas en el cajón de la mesa de noche, por años la use de archivero de cada sueño, de cada anhelo, pero en este momento puedo asegurar que cada día, poco a poco va muriendo la fe en el mañana.

Me he enfrascado en una competencia inútil por permanecer a tu lado y no me había dado cuenta de que el único a vencer, es justo a quien amo... y no puedo enfrentarme a ti.

Entendí que no te sé, que te imagino, y con eso me había bastado, he llegado al punto de enfermarme de ti y he muerto inventando la cura, me he querido alejar y ha sido en vano, siempre nos encontramos, y no porque te llevo tatuado, o porque a menudo te respiro cuando atraviesas mi pensamiento, tampoco es el hecho de que en las noches cuando te deseo, te sudo; no es nada de eso, el hecho es que estas tan metido en mí, que los intentos por dejarte a tras han sido inútiles.

Una vez más la melancolía se apodero de mis letras cuando descubrí que a pesar de ser fuerte, mi corazón todavía se rompe cuando sé que cualquiera puede alcanzarte; hoy en esta carrera contra la vida me siento tan lejana, tan ausente de tu meta.

Hoy que la fe se apaga, que la llama de esperanza por encontrarme contigo agoniza, mi cuerpo duele, tú me dueles, la ausencia, la distancia toda pesa, y el corazón se desgarra al saberse incapaz de bombear toda la sangre que necesita, ya no quiere seguir, ya no puede seguir, el día de hoy tu ausencia acaba conmigo, la presencia de cualquiera aminora mis pasos y ya no quiero seguir.

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