miércoles, 18 de mayo de 2011

18 lunas para ti...

Indudablemente todos los días  nos enfrentamos a pequeñas batallas, algunas propias, otras mas ajenas, pero batallas a fin de cuentas, que en el mejor de los casos y con suerte serán pequeñas y de corta duración, aunque también cabe la posibilidad que  se tenga que luchar por mucho tiempo, cosa que por desgracia no garantiza la victoria...
Hacernos notar, buscar respuestas, enamorar, hacer que no nos olviden, son parte de esas batallas que libramos a diario, en realidad no hay enemigo claro, sólo sabemos que debemos pelear, sentimos la necesidad de encontrarnos en algún lugar peleando... por ganar.
Sí, vale la pena luchar por amor, por la verdad, por que nos escuchen, por que nos lean…, nos enfundarnos en armaduras visibles sólo para nosotros, tomamos escritorios y nos dedicamos a escribir, esperando no sólo ser leídos pues el verdadero deseo esta en ser comprendidos; algunas otras personas toman lápiz y papel y comienzan a trazar sus sueños con la esperanza de que las imágenes salten del papel para volverse reales; por ahí en alguna parte del mundo existen personas librando batallas personales… enfrentándose a la realidad o buscando la verdad, se cuestionan, preguntan y sé preguntan esperando ganar la batalla para llevarse como trofeo la verdad en una mano y la mentira tomada del pescuezo en la otra.
Todos los seres humanos  nos enfrentamos en algún punto de nuestras vidas contra  las cosas que deseamos, contra lo que necesitamos o contra lo que no queremos tener mas en nuestras vidas; buscamos salir a flote de nuestros problemas, esperamos tomar las mejores decisiones o por lo menos las que mas nos hagan felices, algunos pelean por aprender a decir que no, por continuar sin mirar a tras esperando soltarse las marras del pasado, avanzar, no perder la fé o volver a creer son todas estas situaciones por las que vale la pena luchar; pero ¿cuales son las armas con las que libramos estas batallas?
No hay armamento claro, creo que son varias las armas con las que contamos, la creatividad, la imaginación, la inteligencia, el deseo, la pasión, la fé son algunas de ellas, que ya sea en conjunto o en solitario nos dan la posibilidad de ganar o en su defecto de perder la cruzada.
Intentamos hacer el mejor obsequio, el mas único y original, ponemos en marcha a la creatividad y a la  inspiración para crear algo verdaderamente glorioso que le haga saber a esa persona especial que estamos ahí, que nunca nos hemos ido, que nos iremos… pase lo que pase; a través de las imágenes, de las letras o de la música, queremos  hacerle saber que si nuestro corazón late es por que sabemos que en alguna parte del mundo ella o él están respirando, los amantes eternos nos pasamos las horas y los días dejando pistas de nuestro amor, para ser seguidos, para vistos pero sobre todo para no ser olvidados.
Si, mañosamente nos enfundamos en el recuerdo, permanecemos latentes, creando, creando, siempre creando, buscando solamente no ser olvidados, eso hacemos, siempre lo hacemos, es una lucha constante que no sabe de olvido.
Desde que amanece, pensamos si será el día en que por fin ganaremos, a veces titubeamos, nos causa  dolor pensar que el mensaje no esta rebotando en algún lugar y cuando la fé se esta perdiendo, nuestro rayo de luz se hace presente y nos indica que ahí esta alumbrándonos, siguiéndonos, leyéndonos, admirando nuestras creaciones, que mas que eso, son momentos y sentimientos nacidos del alma, del amor y de los sueños.
Y para muestra de ello les dejo este video que fue hecho recordando y añorando un final diferente, ¿la razón? aún no se declara el fin de la batalla y a modo personal, creo que si la quiere no debería dejar de luchar, debería continuar peleando y que dure lo que tenga que durar.




Que tengan excelente  noche, nos leemos la próxima.

2 comentarios:

  1. Me encantó el título del post y la canción del video... Me quedo reflexionando en lo que compartiste en este escrito y me cuestiono ¿si dentro de cada uno de nosotros estarán esas armas de las que hablas para poder salir adelante.

    Si tuviera que elegir una en concreto, creo que yo optaría por no perder nunca la fe.

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