jueves, 19 de mayo de 2011

Aprender a jugar


Estos últimos días me he cuestionado mucho sobre todo lo que ha sucedido a mí alrededor y creo que ya no tengo ganas de escribirle, creo que descubrí que tengo dignidad y que ni el amor más grande y mágico vale la perdida de tal cualidad en un ser humano…
Hoy no escribo desde mi escritorio, hoy escribo desde el lugar donde se creó mi nuevo avatar, desde el escritorio de Perla Romero, mi hermana, es un lugar cálido y extraño, lleno de sus historias y obviamente de su magia y lo curioso es que a pesar de que no es mi lugar, me siento cómoda; hoy quise hacer algo diferente, hoy no quiero escribir  con mis recuerdos frente a mí, ya no, y sé me ha ocurrido  para los días que están por venir, sería algo genial cambiar de escritorio… ya saben, para cambiar algo que no nos gusta siempre se debe comenzar por el principio y lo demás saldrá en el camino.
Muchas veces he venido aquí a desahogarme de mi dolor, de mi tristeza, me siento a escribir esperando  encontrar respuestas, una salida o algo que me haga sentirme libre y es que la mejor medicina es la imaginación, aunque como todo, corremos el riesgo de que a veces nos juegue malas pasadas y  nos meta en un laberinto sin salida.
Pese a esto yo creo que a veces  es válido confundirnos, obsesionarnos, a veces es válido no querer avanzar; el miedo a que no exista un amor más grande o un mejor empleo o un mejor novio, puede detener nuestro andar por la vida; tener miedo y detenerte es algo valido y hasta cierto punto lógico, pero lo que no es válido es querer detener el tiempo… todo el tiempo, la vida se nos vuelve complicada de forma innecesaria cuando no sólo ocupamos un día para derrotarnos, para anclar nuestros pasos, la vida es muy corta y no es justo negarse a mirar los días bellos que aún tenemos la oportunidad de contemplar sólo por tener miedo a abrir los ojos y darnos cuenta que alguien nos ofrece un paraíso lleno de café y una partida de damas por la noche.
Como siempre  a la mitad de un post entiendo mis razones…  me había negado a escribir el día en que ella me hablo, el día en que me interrogo, no entendía porque no corrí a esconderme aquí, porque a la certeza de saber  que él me leerá no corrí a gritarle entre letras lo avergonzada que estoy de mi por haberle conocido o a manera de compasión (esperando que nunca más se aparezca en mi vida) lo lastimada y  furiosa que me siento  por una mentira mas; ahora sé porque  no podía ser ese día, así como  tampoco lo fue el día en que él me volvió a llamar… por esos días no me sentía tan fuerte,  tan segura, estaba envuelta en miedo y coraje, lo cual hace una muy mala combinación para una Romero nos limita  para hablar, para escribir o para tomar decisiones, aunque en el fondo y como chiste de la vida me hubiera gustado una escena de telenovela barata,  el llamado “culebrón mexicano”, ya saben yo gritando al teléfono lo infeliz que es por haberme metido en todo ese lio, lo cretino que es por haberme metido en un cuarteto o quinteto amoroso -en realidad no llevo la cuenta-, o SIMPLEMENTE reclamarle por haberme hecho victima sin saber de un enredo malsano; una escena así, hubiera satisfecho a las mentes más morbosas (incluyendo las de este par de protagonistas).
Tenía que dejar pasar los días, debía calmarme y pensar que pieza del ajedrez mover para por fin hacerle jaque mate al rey… así es como se juegan los juegos que requieren inteligencia, muy diferentes a como se manipulan a las burdas cartas que se ponen sobre la mesa, con ellas siempre corremos el riesgo de que estén marcadas, con ellas nunca falta el tramposo que juega sin moral; así es como descubrí  que no sólo no puedo ganar un juego de cartas, descubrí que en realidad ya no me interesa ganarlo, ahora sé que prefiero  jugar un ajedrez,  mover mis piezas  de forma inteligente, pensando, analizando hasta que por fin termine la partida, eso sí lo puedo hacer porque soy una mujer llena de cualidades, entre ellas la inteligencia.
Amigos míos, si bien es cierto que hay que aprender a jugar este juego llamado vida, también es cierto que podemos escoger a nuestros contendientes, no nos conformemos con juegos empezados, las cosas demasiado “usadas” o “vistas” pueden resultar tan comunes, que después de media hora resultarían aburridas.
Aprendamos a no tener miedo, las cosas buenas siempre estan por venir…  aprendamos  a caminar con los ojos abiertos pues sólo así podremos ver la verdadera y real belleza de las personas… aprendamos a jugar los juegos correctos, los que estén hechos a nuestra altura e inteligencia y  sobre todo aprendamos a estar con las personas más honestas e idóneas, pues las únicas sorpresas que nos darán serán la verdad y el verdadero amor...


2 comentarios:

  1. Hola te cuento que perdí mis blogs. Me cree otro (ve mi perfil).

    Saludos y cuídate

    :D

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  2. Vanessa:

    Primero que nada agradecerte porque esa canción de Shakira me encanta y no sabía que tenía video (me gusta para un viernes musical en mi blog), por otro lado, la segunda cosa que te quiero agradecer en este comentario es que hoy, a través de este post, el consejo me lo llevo yo.

    La última parte de tu post, la sentí como algo que yo misma necesito urgentemente creer y escuchar de alguien ajeno a mi.

    Saludos.

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