De aquí a la luna, a la luna... si, a la luna.

Tengo los dedos algo entumidos por el frio, a mi lado no tengo una bolsa donde meter mis manos para que me den calor y por mas que busco mis guantes aun no los encuentro.

Pero lo que me trae a escribir hoy es la felicidad de haber abrazado y besado a mi Ángel hermoso, lo vi y por mas fuerte que pretendo ser ante muchas cosas y ante el resto de las personas que componen este mundo, él es el único ser humano que logra que me arrodille ante sus pies, él es el único ser por el cual hasta el día de hoy seria capaz de arriesgar mi libertad, por él una vez decidí dejar mi vida a un lado para tomar un rumbo que no era el mío; pese a que algunos puedan pensar que no fue la mejor decisión, para mi fue la mejor y si volviera a estar en esa situación la acción seria la misma pero esta vez solo seriamos dos.

No se cuanto tiempo va a pasar para que lo pueda abrazar de nuevo, lo único que sé es que seguramente se olvidara de mi nombre nuevamente, también sé que mi imagen la recordara borrosa, pero también sé jamás olvidara que le dije que lo amo de aquí a la luna, brincando cada estrella, sé que eso jamás lo olvidara.

Vane: ¿recuerdas como me llamo?

Ángel: tía

Vane: si, soy tu tía, pero... ¿cómo me llamo?

Ángel: tía

Vane: me llamo Vanessa y si, soy tu tía

Vane: ¿sabes algo? te quiero

Ángel: yo también te quiero

Vane: te amo de aquí a la luna

Ángel: ¿¿ a la luna??

Vane: si, a la luna, brincando cada estrella *ángel miro el cielo*

Ángel: hasta la luna

Vane: si, no lo olvides

Ángel: no lo olvido, a la luna.

Y siempre que escribo de él no puedo evitar llorar y cuando lo miro sólo puedo ser feliz.