domingo, 3 de octubre de 2010

Entre olores y sabores...

Estos últimos días he degustado entre los labios un sabor a caramelo, pero no cualquier caramelo, es uno especial, uno que sabe a dulzura, a noches de amor y palabras generosas; a sonrisa tierna y voz dulce; a labios aterciopelados, fuertes, ansiosos y pasionales; me he dado cuenta que de la nada y sin tener cosa alguna en la boca me llega ese sabor y mis sentidos se alertan y los momentos se agolpan frente a mi, sacando una gran y picara sonrisa.

Y es que si de sabores y recuerdos hablamos, seguramente todos tenemos algo que contar y mejor aun a alguien a quien recordar; esta aquel helado de mango de los domingos en el mercado sobre ruedas; el atole de coco con piña de los jueves por la tarde que preparaba mi mamá en aquella época donde la casa nos quedaba bastante grande, el sabor a esa paleta de fresa y los chocolates que me dio ese primer amor y así podría seguir contando sobre los recuerdos de los sabores de mi vida, pero también se me ocurre mencionar a las memorias del olfato, si, esos olores que hasta el día de hoy nos acompañan cuando vamos caminando por la calle y alcanzamos a reconocer esa loción que alguna vez nos atrapo los sentidos.

Y como la vida también se compone de olores recuerdo mucho el olor de una cajita con un juego de tres perfumitos que me acabe en pocos días y por los cuales recibí un gran regaño, pues no eran míos, eran de mi hermana mayor pero me gustaban tanto que me excedí y me los termine de poco en poco (que tiempos, recuerdo que los rellene con agua jajajaa, pero me descubrieron); en mi cumpleaños número 11 me regalaron una bolsita de rosa fresita que contenía un reloj de perfume (ameee ese regalo) curiosamente ese es el olor que mas me recuerda a mi infancia.

Quien no recuerda el olor de la abuela que partió, de nuestra madre guisando en la cocina, el del chocolate caliente por las tardes de domingo con toda la familia reunida, el olor de ese pastel del cumpleaños que no olvidaremos, el olor a chicle de frutas de los minutos de recreo, el olor a tierra mojada de las lluvias de agosto; quien no recuerda esos olores que nos llevan a revivir mágicos e inolvidables momentos.

Son tantos los momentos que vienen a mi mente y que me gustaría compartir, pero sé que me tardaría en escribirlos lo que tardo en revivirlos y no parece una buena idea, pero me da la impresión de que no es necesario, pues cada uno de los que entran aquí tienen sus momentos, sus olores y sus sabores y sin temor a equivocarme puedo garantizarte querido lector que tu mente esta viajando entre el olfato y el gusto por el túnel del pasado, ¿o me equivoco?, no lo creo, es difícil no dejar que la mente haga un viaje relámpago a las noches de lluvia, al olor de la mujer amada, al sabor de los labios del chico que te roba el sueño, al olor de ese bebé que recién nació, la mente es tan poderosa que llega a ser posible saborear la comida de la abuela, sé que es difícil resistirse a la memoria.

Por desgracia no todo los olores son lindos, y sobre esto tengo muy presente la navidad del 1990, fueron duros tiempos para mi familia, la casa se impregno de un olor a hospital cuando mi abuelita se enfermo; teníamos las luces, el árbol y el nacimiento, pero no olía a navidad y se sentía la tristeza en el ambiente. Por fortuna no recuerdo mucho de esos olores, aunque lo curioso es que los únicos recuerdos que tengo son de hospitales, tal vez un día escriba sobre eso, quizás sea una buena terapia contar las veces que he estado en un hospital, si, seria bueno, pero será en otro momento.
En fin entre olores y sabores, conocidos y por conocer, me encuentro aquí saboreando de la vida, creativa y muy entusiasta, tengo una alegría particular y eso se debe a este blog, estoy muy animada y con deseos de no parar de escribir.

Espero que los recuerdos hayan sido buenos, deseo que redescubran los olores que les rodean y les deseo dulces y frescos recuerdos presentes.

Excelente inicio de semana. Besos!!!

2 comentarios:

  1. Ciertamente, el gusto y el olfato, quedan a veces relegados, por los otros sentidos, aparentemente más fuertes, pero estando todos conectados al cerebro, en lo que se llama "memoria sensorial" forman parte de ese complejo mecanismo que tenemos los seres humanos para estar conectados con el mundo y con el universo, y cuando logramos ponerlos en máxima atención, el placer de vivir, se potencializa al máximo, y sí... a veces los recuerdos no son del todo placenteros, pero forman parte de nuestra historia de vida, y quizá es mejor saborear ese grato sabor a vida, y oler la fragancia de la esperanza, y escuchar los sonidos de los sueños....y mirar a las mariposas que tocan al infinito....

    ResponderEliminar
  2. Uhm mi sentido favorito es el auditivo porque por el oído veo, después la vista que generalmente por ahi siento, pero el sentido me hace sonreír ciertamente el del olfato que genera el del gusto y con este el recuerdo más hermoso de mi infancia. Gracias por este post, me volvió en el tiempo a las noches oscuras que me sentaba a mirar la ciudad desde muy temprana edad, con la caspiroleta que me hacia mi abuela en esa época.. uhm mañana le diré que me enseñe de una vez por todas como se preparla C:
    saludos vane <3

    ResponderEliminar