jueves, 30 de diciembre de 2010

El recuento, parte II

Son casi las diez de la noche de este 29 de diciembre y después de un largo día decidí sentarme a escribir.
Creo que esta es la parte del recuento que le dejo a mi familia, porque no sólo es escribir lo que siento o lo que ya no quiero sentir, también  es escribir sobre quien soy y de donde vengo; dicen los expertos que eso es lo que nos define en el presente, un reflejo del pasado; por lo menos en algunos libros eso es lo que he leído (aunque cabe la probabilidad de que sólo yo entendiera eso), en fin, el punto es que este recuento trata sobre esas personas con las que comparto sangre.
Para este post no tuve la necesidad de leer las entradas antiguas, pues los recuerdos sobre mi familia son los recuerdos más frescos, tal vez porque son los más importantes, esta parte es sobre las personas que más amo y que sin duda mas amare, es sobre mis princesas, sobre el Doctor, sobre mi Ángel.
La pelota azul, es una entrada que titule así, porque justo la mañana en que regresamos a casa después de la huida,  le compramos una pelota azul; recuerdo que  cuando regresamos del pueblo él no se sentía bien, así que se recostó en la cama, mi mamá y Perla arreglaban la cocina improvisada y yo me bañaba en el sitio mas tranquilo que mis ojos jamás había visto, recuerdo que pese a los nervios, y la angustia de no saber que pasaría con nosotros, ese baño lo disfrute tanto, era con agua de manantial, estaba fría pero al contacto con la piel se sentía cálida y dulce; cuando salí de ducharme  mientras me secaba el cabello lo observaba quieto sobre la cama, miraba televisión pero no se veía feliz, así que bote la toalla y tome la pelota azul entre mis manos la bote en la pared hecha de cantera que tenia la cabaña donde estábamos, él me miro y sonrió, la seguí botando hasta que conseguí una larga y fuerte risa, después de esa ocasión no he vuelto a jugar con él, sin embargo fueron cinco minutos que se me quedaron grabados para siempre, tanto que mientras escribo estas líneas aun nos puedo ver jugando y como por harte de magia o como un regalo divino su risa traspasa el tiempo y logra hacerse presente en este frio silencio de mi habitación.
En este espacio también están las líneas que le dedique a mi Doctor particular por años, aquel que fue incapaz de cuidarme, ya pasaron tantos años y aun no sé lo perdono (creo que ese es mi principal rencor hacia él, es  respecto a lo que no hizo bien , y no sobre lo que pudo hacer mal), pero creo que la entrada que le dedique fue mas poética y compasiva, tal vez ese día era de reflexión y no como hoy que para mi ha sido un día de las cosas que no quiero ni en mi vida ni en mi camino; si bien es cierto que no me incomodaría un abrazo en año nuevo, también es cierto que no iría a buscarlo.
He escrito también sobre ella, sobre mi madre y esa extraña relación de odio-amor que mantengo con ella; he dejado aquí lo mas intimo de nuestra relación convirtiendo nuestros momentos en  escritos donde describo a dos personas que  no terminan de encajar  y es que a veces creo que es por que nos parecemos demasiado y en ella veo reflejada  la parte que no me gusta de mi, la parte maternal, amorosa, compasiva con el prójimo y  con ese sentido de sacrificio inexplicable; siempre le he dicho que tiene complejo de madre
Teresa, hasta hace diez años creí que era una especie de sarcasmo en forma de burla, pero ahora que hecho un vistazo a este año en particular me doy cuenta que no es así, que es sólo una forma de decirle que es una buena persona que se preocupa por los demás (a veces de forma exagerada)  y a modo personal reconociendo aquello que creía un defecto como parte de su encanto personal (quien no adora a esos seres amorosos y honestos). Después de mucha negación creo que soy parecida a ella, es difícil que alguien me decepcione tanto como para retirarle mi amistad, soy compasiva en gran medida y si puedo ayudar inclusive a mi peor enemigo lo hago, detesto lastimar a quienes me rodean, hago  de mis horas un infierno cuando  estalla esta bomba explosiva que soy y daña a los que me quieren; como pueden darse cuenta este párrafo me ha salido sólo y es muy personal así que no se lo cuenten a nadie, porque a partir de este momento este es nuestro secreto.
A este cuento también he traído a mis princesas, esas guerreras de todos los días, a dos de las mujeres que mas admiro Perla y Cindy mis hermanas, si, así se llaman ese par de mujeres hermosas, inteligentes, alegres, divertías y como no, si son Romero (jajaja  lo sé, deben creer que exagero, pero no, en realidad no), ellas están en este blog, algunas charlas, los momentos tristes, las tardes en familia, las locas aventuras y todo lo que comúnmente le pasa a un trio de hermanas en este mundo lleno de situaciones. Aquí también están sus amores, todo desde mis ojos claro,  me ha tocado verlas reír, llorar, enamorarse, sonrojarse y arreglarse para sus citas; como hermana con complejo de madre debo procurar a veces ser guía (claro sin llegar a ser una mamá como tal), pues mi mejor labor es como escucha y espectadora, después de todo las hermanas debemos ser como las mejores amigas que sólo escuchan, ayudan, apoyan, aconsejan, para que al final dejemos que hagan su voluntad, eso si, debemos estar ahí para servir de colchón, pañuelo o pera de box, en  caso de que algo salga mal.
Ha sido un año de mucho movimiento familiar, de muchas emociones y situaciones  que aun no se superan del todo, pero supongo que no es nada especial, supongo que cada hogar en este mundo tiene sus historias abriendo la puerta de cada casa.
Gracias por continuar en este blog.

1 comentario:

  1. VANESSA:

    ¿Cómo se puede escribir con tanta honestidad?, todo lo que es parte de tu familia, es lo que te hace ser la persona que eres hoy, (incluso las cosas que te duelen), te han moldeado y se percibe que te han convertido en una chava que le da valor a lo que realmente es importante... Así cargando en la mochila el pasado, y con el espíritu que tienes, puedes moldear el futuro de la mejor manera que tu decidas... ¡disfruta de tu vida!

    Hoy me has dado sin querer un consejo, me quedo con esta parte de tu post: "como hermana con complejo de madre debo procurar a veces ser guía (claro sin llegar a ser una mamá como tal), pues mi mejor labor es como escucha y espectadora, después de todo las hermanas debemos ser como las mejores amigas que sólo escuchan, ayudan, apoyan, aconsejan, para que al final dejemos que hagan su voluntad, eso si, debemos estar ahí para servir de colchón, pañuelo o pera de box, en caso de que algo salga mal".

    Yo no tengo hermanas, pero tengo a alguien a quien adoro y esto que escribiste es lo que yo necesito ser, para ser una buena amiga.

    ¡Saludos y feliz año!!!

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