domingo, 19 de diciembre de 2010

Eso creía...

Puedes querer evitar el dolor propio y el ajeno, puedes pretender no lastimar o herir a alguien, puedes intentar no lastimarte, si, todo eso se puede hacer, siempre y cuando eso es lo que se quiera.

Estoy  aquí de nuevo preguntándome tantas cosas, ¿por qué nos gusta hacernos daño?, ¿por qué si vemos una pared corremos hasta ella para golpearnos de frente una y otra y otra vez, por qué?.

Hasta hoy creía que era bueno nadar contra corriente, alguna vez escuche que las truchas lo hacen suelen ir contra la corriente, y creí que era bueno, porque algo bueno podía estar esperando mas adelante; si eso creía.

Creía que era bueno advertir que es mejor caminar con paso firme y sin crearte expectativas, creí que era bueno  decir  "eso puede hacerte daño", si, eso también lo creí... pero cuando pese a tus advertencias las personas que te rodean insisten en lastimarse y jugar al país donde no pasa nada, ¿qué es mejor hacer, seguir la corriente o luchar contra ella?

Creí que como otras veces al sentarme aquí a escribir y soltar todo eso que pesa sobre mis hombros me daría un poco mas de claridad o en el mejor de los casos me traería la respuesta como ya otras veces ha pasado, sin embargo estoy en el cuarto párrafo y no encuentro una sola idea que me ayude a sobre llevar esta situación, no encuentro la salida de este laberinto.

Pause este escrito por diez minutos buscando una respuesta o algo que me ayude a concluir y el hecho es que no a tengo y la razón es porque aun no termina el juego, aun estamos en el primer tiempo, esperare a que venga el descanso y ahí analizare la jugada para no perder este partido, no sé si funcione, pero hoy me di cuenta que no puedo perder nada mas de lo que ya estoy perdiendo.

1 comentario:

  1. Vanessa:
    A veces ir contra corriente, aunque irremediablemente tengas la certeza de saber que vas a estellarte contra un muro y te va a doler hasta el alma (ahora si en forma literal), es parte del aprendizaje. Creo que lo más importante es ser siempre honesta contigo misma y arriesgarte, sin dejar que el miedo te domine y se lleve con ello las posibilidades de intentarlo.

    No me he olvidado de ti, aunque parezca que me desaparezco, siempre trato de regresar aquí. De verdad disfruto mucho leerte.

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