viernes, 13 de julio de 2018

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A veces la vida toma un rumbo desconocido, incierto; a veces el universo se pone a jugar con el destino y con el amor…

Todos en algún momento de la vida tenemos fechas que nos cambian la vida, que nos construyen o que en el peor de los casos que nos destruyen tras un encuentro o una perdida; dudo mucho que alguien pueda levantar la mano y decir que su vida no ha sido marcada por una fecha o por un encuentro.

En aquel año la vida parecía sencilla, era una normal como cualquier otra, sin mucha magia, pero de pronto un rayo me atravesó la piel, y como cosa del destino, mientras tu caminabas bajo el sol buscando un amor, yo apagaba las luces para dormir, nos encontramos.

Recuerdo que esa noche Morfeo se olvidó de mí, así que decidí no esperar más y cerré mis ojos, y entre parpadeos logre ver una figura que no conocía, me acerque cautelosamente, tenia curiosidad de saber quién era aquel desconocido de mirada cálida, quería saber quién era el hombre que esa noche de julio tocaba a mi puerta.

Siempre he sido temerosa, a nadie le gusta ser dañado, pero por alguna razón, te abrí la puerta y te deje entrar, te serví un café y te enseñe mi lunar, te bese la frente y te regale la luna, y entre parpadeos, esa noche, me enamore de ti.

Desde ese momento te construí un castillo entre mis sabanas, te acune entre mis pliegues y me arrodille ante ti, tire mis armas y te invite a vivir desde entonces en mis sueños.

Ahora eres un espíritu de luz que deambula entre mis pensamientos, que camina entre mis pesadillas arropándome el alma cada vez que tengo miedo, eres el caballero de rostro gentil que me susurra un te amo cuando quiere hacerlo, eres ese sueño latente que me habita los segundos de mi existencia.

Eres aquel que llega hasta mi ventana sin importar la hora porque sabe que desde la lejanía, siempre se la dejo abierta para cuando quiera entrar; te diré en secreto que desde aquel encuentro bote los candados que me resguardaban, por eso eres libre pasajero de esta vida mía.

Este sueño es un amor que sobrevivo al tiempo, que se arropo con las estrellas, que le canto al amor, que invento poesías y que se viste de luna en cada julio.

Es un amor que no ha respetado reglas, ni tiempos, que no sabe de espacios, que ha sobrevivido de a poco, a veces con nada; un amor que se alimento del amor mismo en los ratos de oscuridad, un amor que al clarear el sol y ser descubierto brilla con tal intensidad que se ha salido de los sueños, que se ha ido a vivir al corazón.

Es un amor que permanece vivo, latiendo, para siempre.


Gracias por leer, saludos.

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