A veces la vida toma un rumbo
desconocido, incierto; a veces el universo se pone a jugar con el destino y con
el amor…
Todos en algún momento de la vida
tenemos fechas que nos cambian la vida, que nos construyen o que en el peor de
los casos que nos destruyen tras un encuentro o una perdida; dudo mucho que alguien
pueda levantar la mano y decir que su vida no ha sido marcada por una fecha o
por un encuentro.
En aquel año la vida parecía sencilla,
era una normal como cualquier otra, sin mucha magia, pero de pronto un rayo me atravesó
la piel, y como cosa del destino, mientras tu caminabas bajo el sol buscando un
amor, yo apagaba las luces para dormir, nos encontramos.
Recuerdo que esa noche Morfeo se olvidó
de mí, así que decidí no esperar más y cerré mis ojos, y entre parpadeos logre
ver una figura que no conocía, me acerque cautelosamente, tenia curiosidad de
saber quién era aquel desconocido de mirada cálida, quería saber quién era el
hombre que esa noche de julio tocaba a mi puerta.
Siempre he sido temerosa, a nadie
le gusta ser dañado, pero por alguna razón, te abrí la puerta y te deje entrar,
te serví un café y te enseñe mi lunar, te bese la frente y te regale la luna, y
entre parpadeos, esa noche, me enamore de ti.
Desde ese momento te construí un
castillo entre mis sabanas, te acune entre mis pliegues y me arrodille ante ti,
tire mis armas y te invite a vivir desde entonces en mis sueños.
Ahora eres un espíritu de luz que
deambula entre mis pensamientos, que camina entre mis pesadillas arropándome el
alma cada vez que tengo miedo, eres el caballero de rostro gentil que me susurra
un te amo cuando quiere hacerlo, eres ese sueño latente que me habita los segundos
de mi existencia.
Eres aquel que llega hasta mi
ventana sin importar la hora porque sabe que desde la lejanía, siempre se la
dejo abierta para cuando quiera entrar; te diré en secreto que desde aquel
encuentro bote los candados que me resguardaban, por eso eres libre pasajero de
esta vida mía.
Este sueño es un amor que
sobrevivo al tiempo, que se arropo con las estrellas, que le canto al amor, que
invento poesías y que se viste de luna en cada julio.
Es un amor que no ha respetado
reglas, ni tiempos, que no sabe de espacios, que ha sobrevivido de a poco, a
veces con nada; un amor que se alimento del amor mismo en los ratos de
oscuridad, un amor que al clarear el sol y ser descubierto brilla con tal
intensidad que se ha salido de los sueños, que se ha ido a vivir al corazón.
Gracias por leer, saludos.
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