Hoy es uno de esos días…
Me he querido sentar a escribir
desde las diez de la mañana, pero como si supiera que me enfrentare a un
terrible monstruo, hice de todo para no escribir; pero las manos me
daban comezón, y esa extraña cosa llamada inspiración jugueteaba en mi cabeza, así
que decidí prestarle atención.
Tengo la luz encendida y no me
gusta, es demasiado brillo, a mi me gusta la obscuridad, recuerdo que en los
inicios de este blog me daba por escribir de madrugada, justo cuando todo se
encontraba en silencio, supongo que era mi forma de alejarme del ruido del mundo,
pero en este día tan silencioso, ¿de qué huía?
Siguen corriendo los minutos y
comienzo a sospechar que huía de mí, me alejaba de mis miedos, de mis
decisiones, de mis enojos, de mis pensamientos; tenía miedo de gritarle al mundo
entero que me deje sola.
Estos días he estado leyendo mi
blog, de principio a fin y ese vistazo ha sido doloroso, cada entrada la he
sentido como si recién la escribiera, fue un viaje catártico, en ratos angustioso,
a ratos feliz, otras veces me vi llena de enojo, y al final llena de preguntas.
¿Vale la pena?, ¿debo seguir?, ¿Por
qué me cuesta tanto decir adiós?, ¿Cuánto mas puedo aguantar?, ¿algún día le pondré
final? ¿Por qué volviste? ¿qué haces aquí? ¿tu sabes su nombre? ¿Por qué me lees?
Lo sé, son muchas preguntas,
pero, quien me sigue, quien me conoce, sabe que me gusta cuestionarme, para mí,
es solo un paso para poder seguir. Sin embargo, es bien sabido que todo proceso
lleva tiempo, no sé cuanto me lleve, pero si sé que me gusta acompañarme de mis
series y películas favoritas, así que hice una pausa a mis pensamientos y
destine un largo rato a mirarlas.
Unas películas y series más
tarde, no tengo miedo a confesar que estoy enamorada de los finales con signo
de interrogación, de los amores tortuosos, amo los romances que no son para siempre:
mis libros y películas favoritas son así, cada uno es feliz a su manera, soy partidaria
del amor angustioso (si es que a eso se le puede llamar amor), del amor caótico,
del amor lleno de celos, del distante, ese amor que pese a los obstáculos y a lejanía
se mantiene vivo, latiendo, si, me gustan esa clase de amores.
Estoy siendo muy honesta con mi
sentir en este momento, supongo que es esta noche que, combinada con mi soledad
y mis ganas de escribir, han hecho que surja esta entrada sin mucho sentido (como
antaño) estoy armando las ideas que salen de mi cabeza, pero no sé bien hacia
donde voy.
Pensándolo bien, creo que ese es
el punto, ¿a donde voy?, ¿con quién? ¿Por qué? Son muchas preguntas para tan
pocas horas, y no tengo respuestas, las he olvidado en algún lugar entre el
ayer y el mañana y por mas que busco no las logro encontrar...
Ha pasado un largo rato, ya son las
diez de la noche y quiero encontrarle sentido a la vida, quiero entender que
los pasos que daré serán los correctos, no quiero escuchar mas voz que la mía, total,
si me equivoco, solo seré yo la responsable, no quiero culpar a nadie de lo que
decida hoy.
No necesito de una galleta de la
fortuna, ni que me lean las cartas, sé bien a dónde y con quién, y ya entendí que
los miedos NO ME CABEN EN LA MALETA.
Queridos lectores, hay que viajar
ligeros, dejando todo lo que aprisione nuestras alas y nuestros sueños. Les deseo
hermosas letras.
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