Cuando te vas, caigo en cuenta lo
estúpida que soy al creer que el mundo no existe más allá de ti y de mí.
Cuando no estas, entiendo que no
eres sólo para mí, comprendo que allá afuera tienes una vida, que tienes un por
quien y un para qué y que ninguna de esas preguntas tiene mi nombre de
respuesta.
Cuando te alejas, me pregunto con
quién estas, quiero saber cuántos secretos guardaras bajo tu piel, y no es cuestión
de celos, pero quiero saber quien ocupa mi lugar.
¿A dónde iras cuando no te veo?
Cuando te vas, es cuando más me
pregunto a qué olerás, que sabor dejarán sobre tu piel los días sin mí.
Cuando te vas, me pregunto ¿por qué
sigo aquí?, qué hago flagelando mi corazón y apedreando mi alma.
Cuando te vas, quiero salir,
correr, gritarle al mundo que te amo, tengo la esperanza de que al escucharme
volverás a mí.
Cuando te alejas, te confieso que
mi alma se llena de miedo al pensar que puedas olvidar el camino de regreso.
¿Dónde estarás?
Cuando te vas, temo tanto que
atesores recuerdos nuevos y en ellos no esté yo.
Cuando te vas, algo dentro de mi se
enferma, no sé bien que es, pero sí sé que tiene más de nueve vidas, porque
muchas veces ha muerto y al verte volver renace.
Cuando te alejas, me lleno de
preguntas que espero contestes a tu regreso, pero cuando te veo llegar,
prefiero disfrutarte a cuestionarte.
¿por qué te vas?
Cuando te alejas, mi mundo transcurre
en cámara lenta, las flores pierden su olor, me falta vida, me sobra tiempo.
Cuando te alejas, la melancolía me
abraza, la tristeza a falta de ti me invita a bailar un tango y yo al no verte,
me dejo guiar…
Cuando te vas, mi corazón te
grita, y mis manos cómplices te vuelven a escribir, y al ritmo del teclado, esperamos
ansiosos tu llegada.
Buenas noches, tengan hermosas letras, saludos.
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